La cafeína que contiene una única taza de café es suficiente para endurecer las arterias de una persona durante varias horas. Las arterias endurecidas, o arteriosclerosis, incrementan el riesgo de infarto y de enfermedades coronarias.
Después de beber una taza de café la presión sanguínea aumenta de 5 a 10 milímetros.El café es la mayor fuente de benceno en la alimentación, seguida de los refrescos.
El benceno es un solvente que provoca numerosas enfermedades degenerativas y autoinmunes.El café, al ser un diurético, interfiere con la capacidad del cuerpo de absorber agua, con lo que puede llegar a producir deshidratación a nivel celular.
Destruye la vitamina B en el cuerpo y evita la asimilación del calcio. Otros efectos de la cafeína son insomnio, latidos irregulares del corazón y colesterol elevado.
Las mujeres embarazadas deben evitar totalmente el café, ya que puede provocar defectos de nacimiento. Además, el café provoca un aumento del nivel de estrógenos, lo que aumenta el riesgo de cáncer de mama y de endometrio en las mujeres.
Los filtros del café se blanquean con cloro.La cafeína puede extender las bacterias en el cuerpo al hacer los tejidos más permeables.
Si no se puede prescindir del café completamente reducir la cantidad diaria y usar café ecológico, ya que en el cultivo del café se usan muchos más pesticidas que en otros cultivos. Hay sustitutos que en sabor son muy parecidos al café, sólo que no tienen sus efectos nocivos a la salud. Por ejemplo está el café hecho de cereales tostados (puede ser de cebada, maíz, trigo, con achicoria), que se puede hacer en casa o bien adquirirlo en tiendas de salud, que ya lo hacen incluso instantáneo.
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