El pueblo chino enfatiza seguir la Doctrina del Medio. Seguir la Doctrina del Medio no significa reconciliar diferencias a costa de sacrificar los propios principios o “doblarse con el viento”.
Tampoco es hacer concesiones en aras de maximizar el beneficio mutuo, como muchos piensan. Se parece más a como dice el dicho: “No ser parcial es recto y no titubear es ser neutral”. Después de leer este pasaje, decidí que el sabor del té cumple con la Doctrina del Medio.
Los chinos clasifican todos los sabores en cinco categorías: agrio, dulce, amargo, salado y picante. Cada uno de los cinco sabores corresponde a un elemento en la teoría de los cinco elementos, y también corresponde a diferentes lugares astronómicos, tiempos y partes del cuerpo humano.
Aunque muchas personas son propensas a ciertos sabores en sus alimentos y bebidas, ellos incluyen todos los cinco sabores en su dieta. De todos los alimentos y bebidas, el té es la única bebida que tiene un sabor moderado, por lo tanto está en cumplimiento con la Doctrina del Medio.
No importa lo que uno haya comido, una taza de té equilibra todos los sabores. Esta cualidad es quizás la razón del por qué el té es un antídoto para muchas sustancias tóxicas.
La preferencia hacia cualquier sabor es una forma de prejuicio, que a su vez nos mueve fuera de la Doctrina del Medio. Los cinco sabores corresponden a los cinco elementos. Esto significa que los cinco sabores están sujetos a la restricción del principio de generación mutua e inhibición mutua. El té, por otra parte, armoniza todos los sabores, disuelve todas las parcialidades de los distintos sabores, elimina el efecto negativo al tiempo que promueve el efecto beneficioso de su interacción.
La naturaleza del té se pone de manifiesto en la Doctrina del Medio. Para muchas personas acostumbradas a dietas con sabores fuertes, beber té es una buena manera de aliviar su estómago y papilas gustativas, y para ayudar a restablecer su salud física y espiritual. Para los que son propensos a determinados sabores o a sabores fuertes, beber té puede limpiar sus cuerpos.
Tampoco es hacer concesiones en aras de maximizar el beneficio mutuo, como muchos piensan. Se parece más a como dice el dicho: “No ser parcial es recto y no titubear es ser neutral”. Después de leer este pasaje, decidí que el sabor del té cumple con la Doctrina del Medio.
Los chinos clasifican todos los sabores en cinco categorías: agrio, dulce, amargo, salado y picante. Cada uno de los cinco sabores corresponde a un elemento en la teoría de los cinco elementos, y también corresponde a diferentes lugares astronómicos, tiempos y partes del cuerpo humano.
Aunque muchas personas son propensas a ciertos sabores en sus alimentos y bebidas, ellos incluyen todos los cinco sabores en su dieta. De todos los alimentos y bebidas, el té es la única bebida que tiene un sabor moderado, por lo tanto está en cumplimiento con la Doctrina del Medio.
No importa lo que uno haya comido, una taza de té equilibra todos los sabores. Esta cualidad es quizás la razón del por qué el té es un antídoto para muchas sustancias tóxicas.
La preferencia hacia cualquier sabor es una forma de prejuicio, que a su vez nos mueve fuera de la Doctrina del Medio. Los cinco sabores corresponden a los cinco elementos. Esto significa que los cinco sabores están sujetos a la restricción del principio de generación mutua e inhibición mutua. El té, por otra parte, armoniza todos los sabores, disuelve todas las parcialidades de los distintos sabores, elimina el efecto negativo al tiempo que promueve el efecto beneficioso de su interacción.
La naturaleza del té se pone de manifiesto en la Doctrina del Medio. Para muchas personas acostumbradas a dietas con sabores fuertes, beber té es una buena manera de aliviar su estómago y papilas gustativas, y para ayudar a restablecer su salud física y espiritual. Para los que son propensos a determinados sabores o a sabores fuertes, beber té puede limpiar sus cuerpos.
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