La diabetes es la principal causa de muerte por enfermedad, así como la mayor causa de amputación de miembros y ceguera en México. Actualmente, 10 millones de mexicanos padecen diabetes, cuyos gastos de atención médica superan los 23 mil millones de pesos. Este problema aumentará si no se ataca su origen: la epidemia de sobrepeso y obesidad, que afecta a más del 70% de los adultos y al 20% de los niños.
El sobrepeso y la obesidad son la expresión de un entorno que los promueve, de un “ambiente obesigénico”. Si no se combate ese entorno, difícilmente se tendrán resultados positivos. Por ello, El Poder del Consumidor advierte que si el poder ejecutivo y el legislativo no desarrollan políticas públicas y leyes que realmente modifiquen ese ambiente, seguirá en aumento el problema de la diabetes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Instituto de Medicina de los Estados Unidos, la carta Europea contra la Obesidad y diversas investigaciones coinciden en señalar que la epidemia de la obesidad se debe a un ambiente que promueve el consumo de alimentos con altos contenidos de azúcares, grasas y sal, y que se sustenta principalmente en: la publicidad de este tipo de alimentos dirigida a niños, la predominancia de estos alimentos en las instituciones educativas, la falta de acceso a agua potable gratuita (bebederos en escuelas y espacios públicos), la nula orientación nutricional en cuanto a lo que debe o no comerse de manera habitual, así como la falta de etiquetado en los productos que permita a los consumidores identificar esas características.
A falta de políticas públicas eficientes, los niños mexicanos no encuentran bebederos de agua potable en sus escuelas, donde además predomina la comida chatarra. En su casa, si ven dos horas de televisión al día, presenciarán 12,700 anuncios de comida chatarra al año y ninguno de orientación nutricional. Así, no es de extrañar que en los últimos 7 años hayan aumentado en 40% el sobrepeso y la obesidad en los niños de 5 a 11 años de edad.
El gobierno, en vez de señalar qué alimentos pueden ser consumidos en forma habitual y cuáles no, se ha doblegado ante los intereses de las empresas productoras de alimentos procesados que argumentan que no hay alimentos buenos ni malos. De hecho, estas empresas, agrupadas en la asociación ConMéxico, han bloqueado iniciativas en el Congreso que buscaban regular la publicidad de alimentos dirigida a niños y fijar requisitos nutricionales a los productos que son ofrecidos en las escuelas.
“Mientras no se elaboren las políticas públicas para modificar el ambiente obesigénico, que ha colocado los intereses de las empresas por encima del interés colectivo y el derecho a la salud de la población, la incidencia de la diabetes continuará haciendo estragos en la salud y la economía de los mexicanos”, declaró Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor
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