La cura de muérdago mantiene la salud de nuestras arterias y evita la arterioesclerosis. Es muy importante practicar todos los años una cura de muérdago si queremos tener una perfecta circulación cerebral. El muérdago es utilizado en muchos países por clínicas de reconocida credibilidad y prestigio para el tratamiento del cáncer… ¿pero por qué esperar a sufrir este mal para recurrir al muérdago? ¿No es más sensato prevenir? Afortunadamente existen muchas evidencias que nos permiten incluir esta planta entre las medidas preventivas más eficaces contra el cáncer, arterioesclerosis y otras enfermedades degenerativas.
No es cierto que el muérdago sea una planta tóxica si se respetan las dosis, pues el efecto tóxico se encuentra principalmente en las bayas, que por supuesto no debemos utilizar. Es muy importante usar un muérdago de excelente calidad, y recogido cuando la planta tiene sus máximos efectos.
La cura de muérdago se realiza del siguiente modo: ponga una cucharada colmada de hojas de muérdago en un bol. Añada agua purificada tibia (no caliente) y déjelo reposar tapado toda la noche. A la mañana siguiente ya puede empezar a tomarlo a sorbos, repartidos durante el día, que deben ser muy ensalivados. Haga esto 6 semanas de la siguiente forma: las primeras tres semanas tome 3 tazas diarias. Las dos semanas siguientes 2 tazas y la última semana una sola taza.
Todo el sistema circulatorio, el corazón, los que tienen tendencia a la hipertensión y a la diabetes, se beneficiarán enormemente si puntualmente acuden a su cita anual con el muérdago.
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