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viernes, 13 de febrero de 2009

¿Qué es la Terapia Floral?

El beneficio emocional y mental que proporciona beber esencias florales de manera prolongada es rotundo: duelos y separaciones que se aceptan y superan; toma de decisiones por largo tiempo postergadas; travesía de situaciones temidas que nos paralizaban desde hace años; reorientación de la propia vida hacia la dirección apropiada mientras crece la observación y modificación de actitudes y reacciones que nos hacen daño y perjudican nuestras relaciones afectivas: egoísmo, soberbia, intolerancia, dependencia, sumisión…

Las esencias florales son preparados naturales de flores silvestres, cuyas propiedades terapéuticas fueron descubiertas, entre los años 1928 y 1936, por el Dr. Edward Bach, médico inglés, bacteriólogo, homeópata, miembro de la masonería y aficionado al estudio de la astrología, la alquimia y la botánica hermética. El mérito del Dr. Bach fue percibir y comprobar las propiedades curativas de los elixires elaborados con las flores de 38 plantas, que a excepción del Olivo y la Vid, crecen en la campiña inglesa. El grupo de esencias preparadas originalmente por Bach son las esencias de 1ª generación.

¿Qué es lo que sanan estos preparados florales?: los desórdenes afectivos, el equilibrio emocional y mental perturbado por el temor, la incertidumbre, el odio, el resentimiento, la desesperación. Aquellos excesos determinarán importantes fisuras en los pilares de la personalidad que pueden hacer muy desdichado al ser y acaban por enfermarlo físicamente. Las esencias florales de Bach resultan de una utilidad extraordinaria para el desarrollo de lo más básico en la vida de una persona: la autoestima, el cuidado preventivo de la salud física, emocional y el desarrollo mental.
La terapia floral tiene 70 años de historia y eso implica una importante cantidad de casos clínicos resueltos y publicados que avalan su efectividad. Cuenta con la ventaja de no tener contraindicaciones ni provocar efectos indeseables, además de ser compatible con cualquier tipo de tratamiento. Buena parte de sus usuarios son psicólogos, psiquiatras, médicos clínicos y buena parte de los profesionales alternativos de la salud que tienen el mérito de ser los responsables de su difusión. Sin embargo, el empleo de las esencias florales no se limita al profesional de la salud, es habitual encontrarlas en el hogar de toda persona preocupada por su bienestar emocional y el de sus seres queridos.

Es en la actualidad un sistema de curación ampliamente difundido en América y Europa y, para que negarlo, uno de los que suscita más fidelidad y rechazo. Fidelidad porque los resultados terapéuticos son extraordinarios, rechazo porque ni su forma de elaboración, ni el análisis químico del producto final, ni el principio teórico que sustenta su acción, o sus efectos, son fácilmente observables, mensurables o sencillos de comprobar. La terapia floral es casi un estorbo: cura y no se ve cómo. En nuestra sociedad donde el “Ver para creer” substituye al “Vivenciar para conocer”, este es un importante obstáculo. Entonces, ¿qué cambios tienen lugar en la vida de una persona que las bebe de modo continuado?. Veamos unos testimonios de la práctica clínica.

Las esencias florales en acción
Raquel S. tiene 46 años, un niño de 8, es médico. Acaba de separarse de su marido. Se trata de una mujer emprendedora y entusiasta pero está deshecha emocionalmente, “Con rabia, ira y celos que me ciegan y no me dejan concentrar en mi profesión y ampliar mi radio de actividad para generar nuevos recursos”. Tiene miedo por su futuro y el de su hijo. En su caso cabe esperar que las esencias actúen rápidamente, las ha bebido con anterioridad en varias oportunidades y como le han sentado muy bien quiere volver a intentarlo. Le sugiero sólo la esencia del Acebo (Holly) –indicada para el equilibrio de los estados de ira, desprecio, insatisfacción, celos, envidia, suspicacia y deseos de venganza. A los pocos días disminuye la fuerza del celo y la ira, y comienza a sentir un estado mayor de calma y bienestar “Ahora veo venir los ataques de rabia y tengo la fuerza de voluntad para pararlos y desviar mi atención hacia mi tarea”. Está pudiendo desarrollar el aprecio por sus actividades y por sí misma, cuestión que favorece la ingesta del Acebo.

Marta P. tiene 30 años, está casada, ocupa un alto cargo ejecutivo en una empresa madrileña, es discreta, culta, distante. Se reconoce intolerante, “Soy demasiado selectiva y casi despreciativa”, dice de sí misma; no obstante reconoce quiere comunicarse y establecer relaciones cálidas y próximas con sus compañeros de trabajo. Siente que es inútil intentar cualquier tipo de acercamiento: “Mis compañeros no me aceptarían o yo terminaría aburrida y retirándome, así ha sido a lo largo de toda mi vida”. A los pocos días de estar bebiendo la esencia de la Violeta de Agua (Water violet) -apropiada para quienes colocan un muro de distancia afectiva entre sí y los demás- comienza a comer al mediodía con sus compañeros, algo que había intentado en alguna oportunidad con pésimos resultados. Más tarde expresa su aprobación y sorpresa respecto al cambio que ha dado su forma de relacionarse, “Me siento muy dispuesta a escuchar a mis compañeros”.

¿Y después de Bach? Las nuevas esencias
Bach muere en 1936, a los 50 años, con tan solo unas monedas en el bolsillo, un pantalón y un jersey, como toda posesión. Después de haber dedicado toda su vida, dinero y esfuerzos a la atención desinteresada y sus últimas energías a la creación de un sistema de curación tan sencillo “Como coger las flores del campo y dejarlas con agua al sol”, lega el cuidado de su obra a sus colaboradores Nora Weeks y Víctor Bullen.

Con el paso del tiempo la terapia floral creció de forma inevitable y hacia finales de los setenta tienen lugar dos importantes acontecimientos: la Organización Mundial de la Salud reconoce el valor terapéutico de las esencias florales y Richard Katz funda en 1979 la Flower Essence Society, sin duda uno de los más respetados elaboradores. Su obra, la de su esposa Patricia Kaminsky y colaboradores, es notable: descubrieron y comprobaron el valor terapéutico de más de 100 nuevas esencias para tratar modernas dificultades como también aquellas no contempladas por el Dr. Bach a principio de siglo: stress urbano y contaminación; desórdenes de la sexualidad; dificultades puntuales y generales con lo paterno y materno; trastornos de la comunicación y el lenguaje; crisis de identidad; miedo al éxito, etc.

Finalmente, en 1990 un alemán, Andreas Korte, iba a revolucionar la terapia floral con la elaboración de un sistema apasionante: las esencias de Orquídeas del Amazonas. Veinte elixires que acompañan al ser por las dificultades que aparecen en el camino de su evolución espiritual: crisis existenciales, falta de autorealización, pérdida de fe, deterioro de la voluntad en la práctica contemplativa (meditación, yoga, etc.); materialismo espiritual; problemas en la integración de fuertes vivencias espirituales, y otras.

Pero no nos olvidemos de los pequeños elaboradores. Hoy en día prácticamente todos los países cuentan con elaboradores propios que investigan la flora local y dan soluciones a problemas tanto universales como específicos de su psico-bio-zona. Así surgieron los sistemas de Brasil, Australia, Canadá, Desierto de Arizona, Alaska o, sin ir mas lejos, las esencias de Madrid y las de Canarias. De los 38 remedios originales de Bach, en los últimos años se ha pasado a unos 2500 y siguen aumentando. En Alemania los 38 preparados originales de Bach representan tan solo el 20% del total del volumen de ventas.

¿Cómo ayudarnos y ayudar con las esencias florales?
La Terapia Floral es un sistema de curación que considera que en la raíz de la enfermedad hay un desequilibrio psicoafectivo, él es el verdadero causante del padecimiento físico. Por lo tanto, lo importante a efectos de determinar qué esencias tomaremos, será explorar el mundo emocional del sujeto. Observaremos si hay miedo, tristeza, abatimiento, ira, desesperanza, agotamiento, indecisión, etcétera, y daremos las esencias que ayudan a desarrollar las virtudes opuestas a los males productores de la dolencia. Afirma el Dr. Bach, “Restableciendo la armonía psíquica y emocional ayudaremos a sanar nuestro cuerpo”.

Supongamos que Ud. quiere ayudar a otra persona (o a Ud. mismo) con esencias florales a prevenir, curar o sobrellevar mejor alguna enfermedad física o padecimiento emocional. Si la enfermedad ya es un hecho comience por indagar a cerca de cómo reacciona normalmente ante ese padecimiento: ¿Se siente impaciente e irritable ante un restablecimiento que tarda en llegar? la esencia de la Impatiens será la apropiada para ayudarlo. ¿Desea que no lo molesten y lo dejen solo?: beba Violeta de agua. ¿Necesita estar acompañado todo el tiempo y es excesivamente demandante?: Achicoria. Tal vez siente que lo suyo ya no tiene remedio: Aulaga. ¿Está con miedo a efectuar el más mínimo movimiento físico, especialmente si hay herida, contusión o fractura, o bien, a enfermarse más aún?: Mímulo lo va ayudar en este caso.

Observe también la actitud general de quien quiere ayudar, su gestualidad, postura corporal, tono de voz, riqueza o pobreza expresiva. Esto nos dará una idea de su perfil emocional y/o de su estado transitorio: ¿Es apático e indiferente?: Rosa silvestre. ¿Interrumpe, se impacienta o no puede estar quieto?: Impatiens o Verbena. ¿Es tímido, temeroso y habla entrecortadamente?: Mímulo y Alerce.

A lo largo del encuentro Ud. podrá pedirle al interesado que arriesgue alguna definición sincera de sí mismo o que le cuente qué opinión tienen de él sus allegados: ¿Es dominante e inflexible?: Vid. ¿Sumiso y con dificultad para poner límites claros?: Centaura. ¿Tal vez se trate de alguien con un fuerte sentido del deber, luchador y que nunca se queja): Roble. ¿Acaso disfraza las preocupaciones con chistes o se oculta detrás de ansiolíticos y eventuales copas de más?: Agrimonia. ¿O la rabia y los celos hacen de él un terreno fértil para la insatisfacción?: Acebo.
Vea también si ha sufrido alguna situación dolorosa o traumática ya que ella podrá estar en la raíz del malestar: la muerte de un ser querido: Estrella de Belén; una ruptura afectiva: Acebo, Corazoncillo y Achicoria; el fracaso de un importante proyecto de vida: Genciana o Castaño dulce; algún cambio radical más o menos esperado: Nogal, Madreselva; o puede haber sido objeto de violencia: Estrella de Belén, Epilobio, Acebo.

Lo dicho hasta aquí, junto a una indagación acerca de las cosas que le ocupan o preocupan en la actualidad, su grado de realización personal, intereses y motivación; nos darán un cuadro general de la vida del sujeto en base al cual estaremos en condiciones de configurar un diagnóstico floral adecuado a su necesidad, o lo más aproximado posible, en un principio.

Métodos de comprobación
Ya es posible demostrar la eficacia terapéutica de las esencias florales. Por fotografía Kirlian; por el sistema de fotografía instantánea de alta frecuencia de Hans Seidl que facilita una verificación al instante de la acción de las esencias sobre los cuerpos sutiles del enfermo; y unos de los métodos más espectaculares: el microscopio de campo oscuro que nos permite fotografiar el estado de la sangre antes y después de beber esencias florales.

En este mundo, acostumbrados como estamos a que la química farmacéutica nos recuerde nuestro derecho a la salud, resulta interesante que haya algunos preparados que, sin producir desagradables efectos, nos evoquen el compromiso que tenemos con nuestro crecimiento personal.

También en plantas y animales
Veterinarios y hortelanos confirman la efectividad de las esencias sobre perros, gatos, pájaros, ratones, gallinas y plantas de cultivo o de interior. Animales atropellados, tristes, inapetentes; plantas que han dejado de florecer y dar frutos, con parásitos, o a punto de morirse. Existen cientos de casos registrados que respaldan la efectividad de la terapia floral en estas formas de vida donde la sugestión, que avala el éxito de cualquier placebo, es del todo imposible.

Carlota es una gata que al dar a luz perdió a cinco de sus seis gatitos. A partir de ese momento se negó ella a comer y a amamantar al pequeño sobreviviente. Unas gotas de Estrella de Belén y Remedio de Rescate, en sus morros fueron suficientes para que rápidamente se recuperara de tan dolorosa pérdida y decidiera asistir al pequeño cachorrito.

Niños y bebes
Bebes que lloran si no se los coge en brazos, niños temerosos, inseguros, agresivos o hiperactivos. Los trastornos del aprendizaje, problemas de conducta, enuresis, cambios de colegio, separación de los padres, mudanzas, alteraciones hormonales y conductuales de la pubertad y adolescencia. En todos estos estados y momentos de los primeros años de nuestros hijos las esencias florales son remedios insustituibles para su equilibrio y digno tránsito.

Elías tiene 11 años, desde que sus padres, un año y medio atrás, quedaran sin empleo sufre ataques de asma y está muy distraído. Los médicos no encuentran razones orgánicas que justifiquen esos ataques. Acuden los tres a consulta, el niño dice que se siente más agobiado que nunca por la atención que sus padres ponen sobre él y está temeroso de enfadarlos. A los seis días de beber las esencias florales (Mímulo y Clemátide) cesaron las crisis asmáticas, hasta el momento, seis meses más tarde.

Clara, tiene 8 años. Acaba de llevar a cabo un tratamiento de tres meses para su distracción, inquietud y falta de concentración en el colegio (Clemátide, Brote de Castaño e Impatiens). La semana pasada la maestra de Clara citó a la madre para preguntarle qué le habían dado a la niña que había mejorado de forma tan extraordinaria.

Esencias florales y sexualidad
Ante estos síntomas que son causa de mucho dolor emocional nunca debiéramos dejar de consultar a un especialista mientras tomamos las esencias florales adecuadas.

Albahaca: Ausencia de ternura en el marco de la relación sexual. Calabacín: Armonizador de la energía reproductora. Calla o Lirio de agua: Vergüenza y tortura mental respecto a la condición homosexual. Hibisco: Falta de calidez en la respuesta sexual. Para la erotización, especialmente en mujeres. Sticky monkeyflower y Pink monkey flower: Huída de la intimidad, especialmente en varones.

En el marco de las esencias de California contamos con una importante cantidad de esencias que se aplican a las dificultades asociadas a la expresión sexual.

Fenómenos psíquicos y paranormales
Las esencias florales también se ocupan de tratar al sujeto que ha sufrido una experiencia paranormal y ve trastornada su vida cotidiana. Ejemplo de ello son las esencias de la (1) Petrea subserrata o Sao Miguel y la (2) Desmondium sp o Carrapichão, del sistema “Saint Germain” elaboradas en Brasil por Neide Margonari , un sistema floral que podríamos decir se ha especializado en el tratamiento de estas perturbaciones de la percepción de la realidad concensual. El conocido psicólogo transpersonal portugués Pedro Veiguinha, citando al elaborador, nos informa ”La primera es apropiada para “apartar trabajos de magia negra. Libera los cuerpos sutiles prisioneros en los niveles inferiores del plano astral de las personas víctimas de trabajos hechos en Macumba, Quibanda, Umbanda, etc, cultos de origen africano conjugados con la religión cristiana. La segunda actúa específicamente en los casos de “vampirismo por sondas astrales”, cuyos síntomas son: rápida disminución de la visión seguida de ojeras profundas y oscuras, dificultades en trabajar y falta de energía, impidiendo al sujeto expresar su verdadero ser. La alta vibración de este floral hace que la “sonda astral” se desprenda del cuerpo sutil al cual esta acoplada, liberando a la víctima”.

En los sistemas europeos y norteamericanos también encontramos esencias apropiadas para este tipo de trastornos: Hipérico: Excesiva apertura psíquica. Miedos, pesadillas. Menta: Vivencia de intrusión psíquica en nuestra mente. Milenrama: Protección frente a ondas radiactivas y toxicidad psíquica. No me olvides: Conexión positiva con las almas que han trascendido esta vida. Trébol rojo: Fenómenos colectivos de contagio emocional.

Trastornos del sueño cotidiano
El terapéuta floral y médico Santiago Rojas sugiere que existen distintas formas de impedirnos un sueño tranquilo y reparador, y sugiere las esencias apropiadas para tratarlas. Agrimonia: inquietud y ansiedad antes de dormir. Alamo temblón: dormir con la luz encendida, sensación de presencias extrañas, miedo a dormir solo. Acebo: dar vueltas en la cama obsesionado por celos, ira. Castaño blanco: mucho sueño lejos de la cama que al acostarse desaparece para dar lugar a diálogos interminables. Durante su insomnio normalmente permanecen en la cama. Despiertan cansados. Clemátide: se acuestan y levantan muy tarde, horarios desajustados. Estrella de Belén: alterado por situaciones traumáticas. Impatiens: Necesidad de relajarse antes de acostarse. Despiertan temprano por la madrugada, sin motivo aparente, no vuelven a conciliar el sueño. Despiertan tensos y con dolores en la espalda. Verbena: No van a la cama hasta no haber completado sus actividades. Si no hay nada pendiente o están agotados duermen con facilidad. Sueño inquieto. Dan vueltas en la cama. Desorden en las mantas, pueden caerse del lecho. Valeriana y Manzanilla: la primer favorece el desprendimiento del cuerpo astral durante el sueño la segunda relaja el plexo cardíaco y tranquiliza. Zanahoria y Diente de León: Cuesta dormirse luego de excesiva dedicación a actividades mentales (estudio, planificaciones…). PESADILLAS: Hipérico: relacionadas con eventos extraños, extrasensoriales que suelen mencionar como recuerdos procedentes de otras vidas. No hay angustia, sí temor o incomprensión, no suelen despertar al paciente. Amaranto: Sueños similares al anterior o terribles. Presenta trastornos de su conducta habitual, que cursan con alucinaciones. Heliantemo: Sueños de muerte, violencia, destrucción. Despiertan muy angustiados, sudorosos, temblando o llorando.


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