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viernes, 21 de mayo de 2010

Los rayos benéficos

Una de las cosas que la mayoría de la gente busca en el verano y las vacaciones es disfrutar del sol en la playa. Pero todos sabemos que la mayoría de las fuentes comerciales y oficiales nos aconsejan no exponernos al sol.

A través de la historia, el sol ha sido considerado generalmente una fuente poderosa de energía benéfica. En la medicina, la helioterapia (exponer a los pacientes a cantidades controladas de luz solar para curar o aliviar enfermedades) fue una práctica aceptada en muchos países desde finales del siglo 19 hasta mediados del siglo 20.

El Dr. Augusto Rollier, fuel el más famoso helioterapista de su época. Tenía 36 clínicas con más de 1000 camas en Leysin, Suiza.

Con la ascendencia de la industria farmacéutica, la helioterapia cayó en desuso.

Desde los años 60, el público ha sido bombardeado cada vez más con advertencias acerca de los daños de sol y los riesgos del cáncer de la piel, con poca información sobre los beneficios de la luz del sol. Pero las evaluaciones razonables comparando los riesgos y los beneficios de la exposición al sol demuestran que los efectos positivos de la exposición al sol ampliamente sobrepasan sus peligros potenciales.

La incidencia de los cánceres de la piel ha aumentado en las últimas décadas. Es importante poner en una perspectiva adecuada los riesgos de la radiación solar. Se deben de considerar las causas alternativas del cáncer de la piel así como los factores de riesgo contribuyentes.

Un argumento contra la idea de que la simple exposición a la radiación UV causa cáncer, es el encuentro de que los melanomas rara vez ocurren en empleados que trabajan al aire libre. Un estudio del personal de la marina de los EE.UU. de 1974 a 1984 encontró un riesgo más alto con los empleados adentro que aquellos que trabajaban afuera (Arch Environ Health 1990; 45:261-267).

Estos resultados apoyan aquellos de otros estudios indicando que mientras una quemadura solar severa puede provocar melanoma, una exposición solar moderada puede prevenirlo (Lancet 1982; 11:290-3). En realidad, hay evidencia de que la exposición moderada al sol tiene otros beneficios también.

El hecho de que los melanomas pueden ocurrir en las palmas de las manos y plantas de los pies, indica que la radiación UV es solamente una de las posibles causas y no la más importante.

Una de las principales causas de melanoma pueden ser las luces fluorescentes ordinarias. En un estudio se demostró que las mujeres que trabajan bajo una iluminación fluorescente tienen el doble riesgo de sufrir melanoma que aquellas que no se expusieron en forma regular a esas luces.

En otro estudio, el riesgo de sufrir melanoma para aquellos que habían estado expuestos más de 10 años a las luces fluorescentes, fue 4 veces más alto que aquellos hombres que habían pasado menos tiempo.

El Dr. Beral demostró que las luces fluorescentes causan una transformación maligna en las células embrionarias de ratón. (Science, 1980; 207: 1209-11).

El Prof. Fritz Hollwich encontró niveles significativamente más altos de las hormonas del estrés, cortisol y ACTH en aquellas personas que trabajan bajo iluminación ordinaria comparado con la iluminación fluorescente de espectro completo. Esto llevó a la prohibición por parte del gobierno Alemán del uso de tales luces en hospitales y otras instalaciones médicas (Ophtalmologica 1980;180:188-197).

Un estudio demostró una baja del 32% en la hiperactividad en los niños cuando las luces fluorescentes fueron quitadas del salón de clases (Except Child 1981; 47:352). Inclusive, se ha corraborado que el número de caries dentales en los niños, cae dos tercios al cambiar a una iluminación de espectro completo (New Sci. 1991:6 April :13).

Por otro lado, sabemos que beber y nadar en agua clorada también puede causar melanoma (J. Invest Dermatol 1980; 75:122-7).

El hipocloruro de sodio usado en las piscinas es mutagénico (Environ Cell Perspect 1996; 69 :221-5).

Hasta la píldora anticonceptiva ha sido asociada con un incremento en la incidencia de melanoma. Beral y sus colegas encontraron que, en 1981, la incidencia general de melanoma entre las consumidoras de la píldora anticonceptiva había aumentado 3 veces comparado con las que no la consumen (US NIH Report 1986; 3:247-252).

El cáncer de la piel también ha sido ligado a los teléfonos móviles y otras telecomunicaciones. Un estudio Alemán reciente encontró una incidencia 3 veces mayor de melanoma uveal en aquellos que usan walkie-talkies y teléfonos móviles en el trabajo (Epidemiology 2001;12: 7-12).

La medicina convencional también ha promovido la idea de que exponer nuestros ojos al sol es malo. El argumento principal ha sido que los rayos UV causan cataratas, induciendo a la mayoría de la gente a usar lentes de sol que boqueen los rayos UV A y B en casi cualquier día soleado. De hecho, el ojo puede requerir de la exposición al espectro completo de la luz solar para estimular las vías y los órganos en el cerebro que mantienen al sistema inmunológico y otras funciones.

Además de producir imágenes en la corteza visual vía la retina, la luz también estimula al hipotálamo a producir serotonina, la cual a su vez suprime la producción de melatonina, una hormona producida por la glándula pineal involucrada en la regulación del dormir, el estado de ánimo, la pubertad y los ciclos ováricos. La serotonina también hace que la pituitaria estimule al sistema endocrino y su multitud de hormonas.

Basado en éste y otras trabajos, el Dr. Jacob Liberman recomienda encarecidamente usar sombrero más bien que lentes de sol, en los días, asoleados, excepto en las condiciones de alto resplandor (agua, nieve o desierto). Afirma que un estilo de vida en interiores junto con un uso excesivo de lentes de sol pueden estar bloqueando la radiación UV necesaria para la división celular normal, resultando de esta manera en ciertas enfermedades degenerativas del ojo, tal como la degeneración macular.

Parece que aquellos que comen una dieta más balanceada, con antioxidantes no desarrollan cataratas aunque estén sometidos a una exposición extendida de radiación UV (Ophtalmology 1988; 105:1836).

Se ha sospechado que las pantallas solares comerciales que se supone que protegen la piel, en realidad promueven los cánceres de la piel. Los investigadores han encontrado que los altos niveles de oxibenzeno usado ampliamente en las cremas con alto factor de protección solar (SPF) pueden ser absorbidos en el cuerpo (Lancet 1997;350:863-4). El reporte de esta revista científica recomienda que las pantallas solares no se apliquen en grandes áreas del cuerpo repetidamente sobre periodos extendidos de tiempo.

Los agentes químicos potencialmente dañinos tales como el oxibenzeno y el dioxibenzeno son algunos de los más poderosos generadores de radicales libres conocidos por el ser humano.

Un grupo ambientalista no lucrativo hizo un estudio de casi 1,000 pantallas solares de diferentes marcas comerciales y el resultado es que 4 de cada 5 pantallas solares no protegen adecuadamente a los consumidores y pueden contener ingredientes que no son seguros (Organic Consumer Association, June 29th, 2008)

Los ingredientes activos de las pantallas solares son compuestos que absorben, reflejan o bloquean a la luz ultravioleta. La mayoría de las pantallas solares solamente detienen a los UVB, los cuales estimulan la producción de vitamina D, no detienen a los UVA que causan la mayor parte del daño. Casi todas las pantallas solares reducen la producción de vitamina D hasta en un 99.9 %.

Existen 2 ingredientes que se han usado en todo el mundo desde hace 75 años y se considera un conocimiento de los nativos de Acapulco. Estos ingredientes son el dióxido de titanio y el óxido de zinc.

Otras investigaciones han encontrado que los niños que usan muchas cremas y aceites solares son más propensos a que les salgan pecas y de esta manera pueden estar en un riesgo más alto de desarrollar melanoma (J Nat Cancer Inst 1998; 90: 1873-80).

Muchas de las pantallas solares les dan a los consumidores un falso sentido de seguridad que los incita a una exposición solar excesiva y los puede llevar a un daño en la piel.

Una dieta mala y cargada de grasas y alimentos procesados puede presdisponer a una persona a las quemaduras solares y otros daños. Al final de un estudio clínico de 2 años, los pacientes con cáncer de la piel con una dieta baja en grasas tuvieron significativamente más pocas lesiones que aquellos que no habían cambiado su dieta (Int J. Cancer 1995; 62:165-9.

Hay una riqueza de evidencia de que el sol puede promover la salud y reducir la enfermedad, influyendo muchos cánceres.

Uno de los efectos más importantes del sol es la síntesis de la vitamina D, la cual no puede ocurrir sin UV-B. Además de prevenir el raquitismo, la vitamina D asegura el equilibrio correcto del calcio y el fósforo necesarios para la formación de los huesos.

Una sustancia en la piel llamada escualeno se degrada en la presencia de la luz para formar al precursor de la vitamina D pero, en su ausencia, forma colesterol en vez del precursor. Así que, como podemos notar la luz del sol puede reducir la presión sanguínea y el colesterol pero el cuerpo necesita la radiación UV-B para hacer esto (Lancet 1998; 352: 709-10).

La gente con los niveles sanguíneos más bajos de vitamina D tienen cerca de 2 veces más riesgo de morir de una enfermedad relacionada con su deficiencia que las personas que tienen niveles más altos.

Se estima que al menos el 50 % de los adultos mayores en todo el mundo tienen niveles bajos de vitamina D y un número importante de jóvenes pueden también estar afectados. Los niveles bajos de vitamina D pueden deberse a permanecer más tiempo en interiores, a la contaminación del aire y una disminución en la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D del sol conforme envejecemos (Arch of Inter Med June 23, 2008;168(12):1340-1349).

El Dr. Frank Apperly presentó estudios mostrando que las tasas de muerte para ciertos cánceres internos aumenta con la distancia del ecuador. Las tasas de muerte por cáncer en ciudades a 30 o 40 grados de latitud en EE. UU. y Canadá fueron en un promedio de 85% más altas que aquellas a 10 o 30 grados de latitud, aumentando a 150 % en las ciudades a 50 o 60 grados (Cancer Res 1941; 1:191-195).

Una revisión de 50 años de estudios sobre el cáncer y el sol concluyó que los beneficios de una exposición regular al sol sobrepasan considerablemente los riesgos de un envejecimiento acelerado, los cánceres de la piel no–melanomas y el melanoma maligno (Prevent Med 1993; 22:132-40)

Como conclusión, me permito enlistar los siguientes consejos, con relación a la exposición al sol:

* Es muy importante identificar nuestro tipo de piel. Los morenos y los negros son menos sensibles al sol.
* Son mejor varias exposiciones cortas que una exposición prolongada.
* El tiempo más útil del año para tomar baños del sol es la primavera y a principios del verano.
* El sol la mañana temprano parece ser particularmente benéfico.
* Usar un sombrero para proteger la piel más sensible de la cara, la cabeza y el cuello.
* Para una protección solar natural, usar aceite de oliva virgen o aloe vera. Si usamos una piscina, hay que tratar de encontrar una que utilice ozono más bien que cloro como desinfectante.

Por el Dr. Héctor E. Solórzano del Río.

Coordinador de Medicina Ortomolecular del Centro de Estudios de Medicina Integradora de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

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