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martes, 18 de mayo de 2010

La causa más importante del cáncer. Parte 3

Por Peter Montagué

John Gofman es un médico con un doctorado en química nuclear y médica.

Es profesor emérito de biología celular y molecular de la Universidad de California en Berkeley y miembro del profesorado de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. Durante su larga carrera se dedicó paralelamente a dos campos de investigaciones distintos -la enfermedad cardíaca y los efectos de las radiaciones de bajo nivel sobre la salud. Gofman ha recibido varios premios por investigaciones originales sobre las causas de la aterosclerosis, que es la formación de “placas” de grasa dentro de los vasos sanguíneos, que frecuentemente causa ataques cardíacos fatales. En 1974, el Colegio Estadounidense de Cardiología (American College of Cardiology) lo escogió como uno de los 25 investigadores más destacados en cardiología en el último cuarto de siglo.

A principios de la década de 1960, la Comisión de Energía Atómica de los E.U.A. (U.S. Atomic Energy Commission, AEC) le pidió a Gofman que creara una Sección de Investigaciones Biomédicas en el instituto Livermore National Laboratory (LNL) de la AEC para evaluar los efectos de todos los tipos de actividades nucleares sobre la salud. En 1970 se convenció de que las radiaciones eran más peligrosas de lo que se creía anteriormente y denunció el Proyecto Plowshare, el plan de la AEC para hacer estallar cientos de armas nucleares para liberar gas atrapado en las rocas debajo de las Montañas Rocosas y de excavar nuevos puertos y canales haciendo estallar bombas nucleares en la superficie. (Ver REHW #691). También llamó a una moratoria de 5 años del plan de la AEC para desarrollar 1000 plantas comerciales de energía nuclear. Para 1974, su financiamiento por parte del gobierno había sido cortado.

Entonces comenzó una serie de libros sobre los peligros de las radiaciones:

Radiation and human health (”La radiacion y la salud humana”) (1981); X-RAYS – Health effects of common exams (”Los rayos x -efectos de los exámenes comunes sobre la salud”) (1985); Radiation-induced cancer from low-dose exposure — an independent analysis (”cancer inducido por exposiciones a bajas dosis de radiacion -un analisis independiente”) (1990); Preventing breast cancer — the story of a major, proven, preventable cause of this disease (”La prevencion del cancer de mama -historia de una causa importante, probada y prevenible de esta enfermedad”) (1995; segunda edición, 1996); y Radiation from medical procedures in the pathogenesis of cancer and ischemic heart disease (”Las radiaciones de los procedimientos médicos en la patogénesis del cáncer y en la enfermedad isquémica del corazon”) (1999) [1, 2, 3, 4, 5].

Gofman es un magnífico maestro. En sus libros explica los datos crudos, de dónde salieron, sus defectos, cómo podrían mejorarse (o por qué tenemos que quedarnos con lo que tenemos). Luego, lleva al lector paso a paso hacia sus conclusiones, explicando cada paso tanto para el principiante como también para el experto. Cuando se ve obligado a hacer suposiciones, Gofman explica por qué piensa que está haciendo las correctas. Frecuentemente describe suposiciones diferentes y el efecto que tendrían sobre sus conclusiones. No se omite nada que sea de importancia. Como resultado de esto, los libros de Gofman son largos – típicamente de 500 a 900 páginas llenas con tablas de datos acompañadas por explicaciones detalladas. El lector adquiere conocimientos minuciosos en el tema, satisfactorios tanto para el principiante como para el profesional. Considero a Gofman uno de los más grandes maestros del siglo veinte. Su trabajo ya ha cambiado la manera en que el mundo ve los peligros de las radiaciones y su último libro revolucionará – eventualmente, después de una larga lucha- la manera en que el mundo ve las radiaciones médicas. Su trabajo salvará decenas de millones de vidas.
En su último libro (1999), Gofman presenta evidencias contundentes de que las radiaciones médicas son una causa muy importante de cáncer Y de aterosclerosis (enfermedad cardíaca coronaria) [5]. Con el término “radiaciones médicas” el Dr. Gofman se refiere principalmente a los rayos x, incluyendo la fluoroscopia y los escanogramas de tomografías computarizadas (”CAT scans”, por sus siglas en inglés). El mecanismo es sencillo de explicar: las radiaciones causan mutaciones genéticas, lo que eventualmente origina la enfermedad.

¿Qué está diciendo Gofman? ¿Quiere decir que las radiaciones médicas son necesariamente la UNICA causa del cáncer y de la enfermedad cardíaca coronaria? Por supuesto que no. ¿Quiere decir que el cáncer NO es causado por el hábito de fumar, la mala dieta, la herencia genética, los pesticidas, los gases diesel de los tubos de escape, la dioxina y los químicos tóxicos con los que nos tropezamos en el trabajo? Ciertamente, no. Tanto el cáncer como la enfermedad cardíaca tienen múltiples causas. Para que se desarrolle un cáncer (o una placa aterosclerótica), una célula tiene que sufrir varias mutaciones genéticas individuales (probablemente de 5 a 10). Algunas de estas mutaciones pudieran ser heredadas, pero la mayoría suceden debido a la exposición a sustancias presentes en el medio ambiente que dañan los genes.

He aquí una manera de entender las causas múltiples. Gofman proporciona el siguiente ejemplo hipotético de 100 casos de cáncer:

  • 40 cánceres causados por la acción conjunta de los rayos x + el hábito de fumar + la mala dieta
  • 25 cánceres causados por la acción conjunta de los rayos x + la mala dieta + las mutaciones heredadas genéticamente
  • 25 cánceres causados por la acción conjunta de los rayos x + el hábito de fumar + las mutaciones heredadas genéticamente
  • 10 cánceres causados por la acción conjunta del hábito de fumar + la mala dieta + las mutaciones heredadas genéticamente.

En el primer caso, los 40 cánceres fueron causados por mutaciones genéticas que son, a su vez, causadas por los rayos x, el hábito de fumar y la mala dieta. Cada uno de estos tres factores es necesario para que ocurra el cáncer; si falta cualquiera de estos tres factores, el cáncer no ocurrirá.

Podemos ver que, en este ejemplo, los rayos x contribuyen con 40 + 25 + 25 = 90 casos de 100. En este ejemplo, si los rayos x no estuviesen presentes, 90% de los cánceres no ocurrirían. Ahora, en el mismo ejemplo, observe la “mala dieta”. La mala dieta contribuye con 40 + 25 + 10 = 75 de los 100 casos. Si la mala dieta no estuviese presente, 75% de los cánceres en este ejemplo no sucederían.

Se puede ver que, en este ejemplo, tenemos rayos x “causando” 90% de los cánceres -”causando” en el sentido de que los cánceres no sucederían en ausencia de los rayos x. Pero también tenemos que la mala dieta está “causando” 75% de los mismos cánceres, lo que significa que 75% de los cánceres no ocurrirían en ausencia de la mala dieta.

Así que podemos ver que, cuando Gofman dice que los rayos x son responsables de una gran proporción de todos los cánceres en los E.U.A., NO está diciendo que los rayos x son la UNICA causa de aquellos cánceres. Sin embargo, SI está diciendo que la mayoría de aquellos cánceres no sucederían en ausencia de los rayos x.

Es importante señalar que Gofman no se opone a los rayos x médicos. Más bien se opone a las EXPOSICIONES INNECESARIAS a los rayos x. Gofman ha mostrado a lo largo de los años -y definitivamente no está solo en esto-
que las exposiciones médicas a los rayos x en los E.U.A. podrían reducirse por lo menos en 50% sin pérdida de información médica. El uso cuidadoso de las técnicas y equipos modernos de rayos x pueden reducir a la mitad (o menos) las exposiciones a los rayos x sin sacrificar ninguno de los beneficios médicos. Así que por lo menos la mitad de los cánceres causados por los rayos x médicos son totalmente innecesarios.

¿De cuántos cánceres innecesarios estamos hablando? Gofman calcula que en 1993, 50% de todos los cánceres en las mujeres y 74% de todos los cánceres en los hombres fueron atribuibles a los rayos x. En otras palabras: en 1993, aproximadamente 60% de todos los cánceres en los E.U.A. fueron atribuibles a los rayos x. Cada año mueren de cáncer
aproximadamente 500.000 personas en los E.U.A. Si 60% de estas muertes son atribuibles a los rayos x y la mitad son innecesarias, estamos hablando de aproximadamente 150.000 muertes innecesarias por cáncer cada año en los E.U.A.

Gofman calcula que la proporción de enfermedad cardíaca coronaria (CHD, por sus siglas en inglés) atribuible a los rayos x es ligeramente mayor que la proporción de cánceres. En 1993, 63% de las muertes por CHD entre los hombres fueron atribuibles a los rayos x y entre las mujeres, 78%. Así que, en números aproximados, 70% de las muertes por CHD son
atribuibles a los rayos x, cree Gofman. Ya que la CHD causó aproximadamente 460.000 muertes en los E.U.A. en 1993, si Gofman está en lo cierto, entonces 70% (ó 322.000) de estas muertes son atribuibles a los rayos x y la mitad de éstas, ó 161.000 son innecesarias. De manera que podemos ver que los rayos x son responsables de aproximadamente 150.000 + 161.000 = 311.000 muertes innecesarias cada año en los E.U.A., si Gofman está en lo cierto.

El estudio de Gofman tiene un nuevo enfoque que evita ciertas dificultades inherentes a todos los datos que relacionan las
radiaciones médicas con la salud. He aquí las dificultades: no hay cálculos confiables de la dosis promedio de radiación per cápita que la población de los E.U.A. recibe en este momento por los rayos x médicos o ha recibido en el pasado. (Gofman explica por qué en el capítulo 2).

En segundo lugar, no hay cálculos confiables del riesgo de cáncer por unidad de dosis de rayos x médicos debido a que nadie sabe con certeza las exposiciones precisas recibidas por varios grupos que han sido estudiados respecto a los efectos sobre el cáncer. (De nuevo, ver el capítulo 2 del libro de Gofman).

Gofman desarrolló un nuevo enfoque en el que evitaba estas dificultades: encontró estadísticas de enfermedades para toda la población de los E.U.A., las dividió en 9 distritos censales (1940 a 1990 para el cáncer y 1950 a 1990 para la enfermedad cardíaca coronaria). Luego correlacionó estas estadísticas de enfermedades, año por año, con el número de médicos por 100.000 habitantes en cada uno de los 9 distritos censales. La densidad de médicos por 100.000 habitantes proporciona una medida RELATIVA de las radiaciones médicas por 100.000 habitantes en los 9 distritos, año por año.

Gofman muestra que la mortalidad por cáncer AUMENTA en sintonía con el aumento en la densidad de los médicos en un distrito censal, mientras que las muertes que no son por cáncer DISMINUYEN en sintonía con el aumento en la densidad de los médicos por 100.000 habitantes, EXCEPTO en el caso de la enfermedad cardíaca coronaria (CHD), que sigue el mismo patrón de aumento que el cáncer. Así que la hipótesis de Gofman de que la CHD está relacionada con las radiaciones médicas “salió de los datos”. Debido a que tiene décadas de experiencia investigando las causas de la CHD (ha escrito tres libros sobre la enfermedad cardíaca) y debido a que conoce tan a fondo la bibliografía sobre la radiación, Gofman fue capaz de sumar 2 y 2: la radiación induce mutaciones en las arterias coronarias, dando origen a lo que él llama “clones disfuncionales” (minitumores) en el revestimiento de músculo liso de las arterias.

Es interesante que con su método de la “densidad de los médicos” Gofman calcula que las radiaciones médicas ocasionaron 83% del cáncer femenino de seno en los E.U.A. en 1993. Usando un método completamente diferente, Gofman calculó en 1995 que las radiaciones médicas eran responsables de 75% del cáncer de seno en los E.U.A. Los dos cálculos, realizados por dos métodos completamente distintos, son sorprendentemente parecidos.

No será fácil convencer a los médicos de que tengan un cuidado especial para minimizar las radiaciones a sus pacientes. La familiaridad disminuye el respeto, y muchos médicos y dentistas tratan los rayos x como si fueran completamente inofensivos. Hace poco se me rompió un diente. Mi dentista, quien es de primera, tenía que documentar el daño para la compañía de seguros. “Le voy a tomar una radiografía”, dijo. Le pregunté: “¿No hay otra manera de hacerlo?” Él asintió e inmediatamente
escribió una nota que decía: “Me rompí un diente y no quiero que me hagan una radiografía”. “Firme esto”, dijo. “La compañía de seguros está obligada a aceptarlo”. Una radiografía innecesaria que se evitó.

La próxima vez que alguien le diga que le van a tomar una radiografía, no lo ponga en aprietos, pero dígale que le gustaría saber qué dosis de radiación recibirá. Si usted ha tenido alguna experiencia parecida a la mía, la persona que le esté haciendo la radiografía no sabrá la respuesta y le dirá: “No se preocupe. Es completamente seguro”.

Pero no lo es.

Notas:

  • [1] John W. Gofman, Radiation & Human Health (San Francisco: Sierra
    Club Books, 1981); ISBN 0-87156-275-8.
  • [2] John W. Gofman y Egan O’92Connor, X-RAYS — Health effects of
    common exams (San Francisco: Sierra Club Books, 1985); ISBN 0-87156-838- 1.
  • [3] John W. Gofman, Radiation-induced cancer from low-dose exposure: an independent analysis (San Francisco: Committee for Nuclear
    Responsibility, 1990; ISBN 0-932682-89-8.
  • [4] John W. Gofman (editado por Egan O’Connor), Preventing breast
    cancer (San Francisco: Committee for Nuclear Responsibility, segunda
    edición, 1996); ISBN 0-932682-96-0.
  • [5] John W. Gofman (editado por Egan O’Connor), Radiation from medical
    procedures in the pathogenesis of cancer and ischemic heart disease
    (San Francisco: Committee for Nuclear Responsibility, 1999). ISBN 0-
    932682-98-7. Disponible por $27,00 a través de: Committee for Nuclear
    Responsibility; teléfono/fax: (415) 776-8299.
    Correo-e: cnr123@webtv.net.




Fuentes:

- Peter Montague- La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 1

#691 Rachel’s News Issue — Original format – 03/27/2008
#691 – La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 1, 15-Mar-2000

- Peter Montague- La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 2
Rachel’s News Issue — Original format – 03/27/2008
#692 – La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 2, 12-Apr-2000

- Peter Montague- La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 3
Rachel’s News Issue — Original format – 03/27/2008
#693 – La Causa Más Importante del Cáncer — Parte 3, 19-Apr-2000

Contacto:

Environmental Research Foundation (Rachel’s News 1986)
New Jersey Office
Fax: 732-791-4603

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Peter Montague, Executive Director

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